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COPAP

Consorcio de producción ambiental pambileno


En la grande plantación de la baby-banana los oriteros trabajan vigorosamente y reciben poco pago

A las siete de la mañana. La niebla todavía cuelga entre los oritos, ella moja la ropa y la cara. ¿Oh quizás son las nubes? Y pensar que estamos a unos 500 metros sobre el nivel del mar, localizado a 20 minutos en moto desde el pequeño pueblo llamado San Luis de Pambil 

perteneciente al cantón Guaranda, provincia de Bolívar, Ecuador. Las plantaciones se extienden a más de 70 hectáreas de un total de 50 familias, que conforma la organización Tabanal Neuvo Ecuador.

Una de las familias es de Dugo Martínez, a la edad de 45 años. Desde las cinco de la mañana, están de pies en el trabajo, después de 30 minutos ya procesaron la primera caja de oritos. Luego las babay-bananas tienen un largo camino por recorrer. Primero al puerto de Guayaquil, después de unos meses el barco llega a Europa. Y repartir a los mercados de Rusia, Alemania, Holanda.

La empresa que compra el producto llamada la Hormiguita, no paga un precio justo a los productores de la Asociación Tabanal Nuevo Ecuador. A pesar de hacer un producto orgánico desde el año 2006 no se utilizan algunos productos químicos. "Reciben tres con cincuenta dólares por una caja. La misma que no es suficiente para el sustento familiar. ", dice el señor Dugo Martínez. Devido a que el trabajo es muy fuerte para el productor.

Las condiciones para la plantación de oritos son ideales en el subtrópico porque en tan sólo ocho meses de haber sembrado la planta se puede cosecharlo. Los plátanos crecen en una familia: madre, hijo, nieto. Si hay dos nietos, el segundo hay que elimina. Este proceso se denomina desecha. Pero también acompañan cultivos de naranja. Sin embargo, son bienvenidos porque contribuyen con su parte para arportar con minerales al suelo y previenen un monocultivo.

Cada tres meses el desoje y el deschante son realizados. El desoje consiste en la eliminación de las hojas viejas por otro lado el deschante consiste en eliminar la corteza que ya no sirve proceso realizado en cuanto al tallo. Pero el fruto también recibe su debido proceso. Sobre una larga caña, que simula ser una escalera, trepa Klever Ocampo, trabajador en la plantación. Con una mano sostiene el racimo de guineo orito con la otra los desflora (deschibe). El segundo paso es la eliminación de la flor. Además elimina dos a tres gajos de abajo a si arriba (desmane) y seguido un fruto de cada lado del gajo (situia), para que el gajo pueda desarrollarse y alcance el grosor requerido (entre 36 y 32 calibras). Finalmente Klever pone la funda encima de la fruta, para protegerlo de los insectos, marca la edad de la fruta con una banda de color. Después de cinco semanas, ella puede ser cosechada.









De vuelta en la estación de empaque. Aquí, los frutos se lavan con agua y halumbre, para que la fruta pierda su látex natural. Después de la etiquetación Klever  los clasifica por tamaño en una caja. Todo a mano, por supuesto. "Cada semana nos estamos empacando 80 cajas de 7,27 kilogramos. En semanas buenas, hay hasta 140. Esto varia por familia.", dice Klever. En la semana, hace 280 dólares. Comprensible que esto no es suficiente. Estima que cuatro dólares o cuatro y cincuenta serían bien por el precio de la caja. Esto es generalmente el pago por un producto orgánico. Tabanal Nueve al producir productos orgánicos la empresa lo declara a los oritos como convencionales. ¿Por qué? "Porque el cliente en Europa le gusta tener el precio más bajo. Y el cliente determina el mercado. ", explica Klever. 

Después de un largo día de trabajo agotadas sus energías el atardecer se acerca entre canticos de las aves. Los velos de niebla estrechan más densos y caen en el atardecer.

El proceso de la fabricación de queso

Cargado con dos pomas de leche en sus lomos los burros y sus hamos llegan a unos 30 minutos de los protreros donde sacan la leche de sus vacas en el pequeño pueblo de los Andes, Monoloma. El objetivo es la fábrica de quesos. Un señor con un delantal blanco, botas de goma y una redecilla en su cabeza recibe la leche. Se pesa y se realiza el control de las bacterias, llamada la mastitis. La leche del agricultor de Monoloma pasa la prueba y el se lleva a la tina para su debido proceso.

El productor recibe 40 centavos por litro. Un total de 500 litros de leche cuajan por día de Monoloma y de sus aldeas circundantes, antiguamente hubo 1000 litros. En la actualidad la venta es difícil. El queso que elaboran es mozzarella, es transportada a Quito y Guayaquil. El precio el consorcio privado paga por un kilo de queso es 2,50 dólares. En las ciudades se vende por 4,70 dólares.

Pero, ¿cómo se produce el queso? Primero la leche es calentada a 35 grados. El señor añade cuajo líquido y fermento láctico para que la leche se espese. Ahora el queso tiene que dejar seis o siete días. Después es corado 30 minutos en 35 grados primero con la paleta y cuando la masa se pone sólida con la lira. Antes el queso está listo por la molde recorrea diez horas más. Las piezas de queso parecen como grandes chicles - rico y jugoso. Hasta que llegue el coche para traer el queso al punto de venta, se almacena en el refrigerador. Ya nuevos granjeros esperan enfrente la puerta y quieren entregar su leche.


Caña – un producto indispensable en los Andes

La caña de azúcar es un cultivo más importante en la región alrededor de San Luis. Es una planta versátil. Los agricultores producen panela, guarapo (jugo de Caña) y trago. Un burro sigue el molino simple, llamado trapiche. El granjero empuja una caña tras otra entre las piedras. El molino se para, el jugo gotea lentamente en la olla. El jugo tiene un sabor muy dulce, pero al mismo tiempo muy natural. El retrogusto se parece un poco a tierra. Un residuo sólido fibroso sobra que se llama bagazo. Es usando por la producción de papel orgánico, porque consta de 40 a 60 por ciento de celulosa, también puede utilizar como combustible y comida de animales.

Pueden producir tres alcoholes diversos del jugo: primero el trago que es la forma pura de alcohol, medio contiene 70-75 grados. Segundo el anisado dulce que contiene 20 grados. Se le añade azúcar y se macera anís. Tercero los licores, por ejemplo coco caña o pájaro azul.

Aquí también, el cultivo está libre de químicos. El consumo de panela es más sano que azúcar de la remolacha azucarera, dicen los agricultores. La caña no solo está bien para el cuerpo sino también para la piel: Los agricultores son los primeros iniciadores que venden el material a Body Shop y L’Oreal Paris desde hace cinco años. Las empresas europeas fabrican cosmética, por ejemplo cremas, gel de ducha, aceite.

La producción total nacional de sacos de azúcar en Ecuador superan los 10 millones de sacos. 90 por ciento se vende a mercados externos. El cultivo se encuentra extendiéndose debido a la apertura de mercados como la de bio combustibles especialmente. Sin embargo, la tradición no está perdida. Los cañicultores de Monoloma todavía hablan en Quechua.